martes, 22 de septiembre de 2009

Flores rosadas y violetas

En un manto de yerma pïedra,

se agota poco a poco la vida,

viviendo en el anterior pasado.

Aunque quedan secuelas aquí.

Brotes de colores liláceos y violados,

lloran y respiran de este aire.

También esperanzadoras hojas quedan

del color del mar y del viento.

Apenas unos centímetros cuadrados

gozan de buena perspectiva,

nadando matices y esperando tonos.

Ásperas conversaciones fluyen apenas.

El resto ya no es sino un poco

de yerma tristeza donde crecer

ya es mito. Queda arriba.

Queda algo de vida en el arriba.

Ceniciento destino para manadas

de flores pasadas e inexistentes.

Lágrimas de inconfundible valor

se expresan. Viento en el adiós.

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