Y cuando esté nublado...
leeré pasajes bíblicos
en lo más hondo
del atardecer.
Y cuando llueva...
oiré tus lágrimas
en el canto
de un pájaro.
Y cuando nieve...
sentiré tu canto
en la lectura
de los Salmos.
Y cuando ventee...
veré una sombra
oculta en la música,
en tu música.
Y cuando haga sol...
pensaré en los buenos
momentos alegres
y en nosotros.
viernes, 2 de octubre de 2009
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